martes, 23 de septiembre de 2008

Orillas del Duero

Antonio Machado


Se ha asomado una cigüeña a lo alto del campanario.
Girando en torno a la torre y al caserón solitario, ya las golondrinas chillan.
Pasaron del blanco invierno, de nevascas y ventiscas los crudos soplos de infierno.

Es una tibia mañana.
El sol calienta un poquito la pobre tierra soriana.
Pasados los verdes pinos, casi azules,
primavera se ve brotar en los finos chopos de la carretera y del río.
El Duero corre, terso y mudo, mansamente.
El campo parece, más que joven, adolescente.
Entre las hierbas alguna humilde flor ha nacido, azul o blanca.
¡Belleza del campo apenas florido, y mística primavera!
Hermosa tierra de España

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