miércoles, 28 de enero de 2009

Ángel Campos, poeta y profesor

Hoy la comunidad educativa del Instituto Español Giner de los Ríos ha homenajeado en una ceremonia sobria, emotiva y elegante al poeta y profesor Ángel Campos. Con la presencia de la familia, se han leído textos nacidos de la emoción y la experiencia de los que compartieron trabajo y magisterio con él, ha actuado el coro del centro y se ha leído a muchas voces la más famosa elegía de la literatura española. Al fondo, la biografía de Ángel en imágenes y en palabras.

Aquí dejo, para los que no estuvieron, la versión de Jarcha de este estremecedor poema de amistad más allá de la muerte:


En Orihuela, su pueblo y el mío, se me ha muerto como del rayo Ramón Sijé, a quien tanto quería.

Yo quiero ser llorando el hortelano
de la tierra que ocupas y estercolas,
compañero del alma, tan temprano.

Alimentando lluvias, caracoles
Y órganos mi dolor sin instrumento,
a las desalentadas amapolas

daré tu corazón por alimento.
Tanto dolor se agrupa en mi costado,
que por doler me duele hasta el aliento.

Un manotazo duro, un golpe helado,
un hachazo invisible y homicida,
un empujón brutal te ha derribado.

No hay extensión más grande que mi herida,
lloro mi desventura y sus conjuntos
y siento más tu muerte que mi vida.

Ando sobre rastrojos de difuntos,
y sin calor de nadie y sin consuelo
voy de mi corazón a mis asuntos.

Temprano levantó la muerte el vuelo,
temprano madrugó la madrugada,
temprano estás rodando por el suelo.

No perdono a la muerte enamorada,
no perdono a la vida desatenta,
no perdono a la tierra ni a la nada.

En mis manos levanto una tormenta
de piedras, rayos y hachas estridentes
sedienta de catástrofe y hambrienta

Quiero escarbar la tierra con los dientes,
quiero apartar la tierra parte
a parte a dentelladas secas y calientes.

Quiero minar la tierra hasta encontrarte
y besarte la noble calavera
y desamordazarte y regresarte

Volverás a mi huerto y a mi higuera:
por los altos andamios de las flores
pajareará tu alma colmenera

de angelicales ceras y labores.
Volverás al arrullo de las rejas
de los enamorados labradores.

Alegrarás la sombra de mis cejas,
y tu sangre se irá a cada lado
disputando tu novia y las abejas.

Tu corazón, ya terciopelo ajado,
llama a un campo de almendras espumosas
mi avariciosa voz de enamorado.

A las aladas almas de las rosas…
de almendro de nata te requiero,:
que tenemos que hablar de muchas cosas,
compañero del alma, compañero.

4 comentarios:

Marta Anula dijo...

Me ha parecido que tanto el poema como el homenaje que se llevo a cabo en el Instituto son muy bonitos y estoy segura que era esto lo que le gustaria que se hubiese hecho.

Claudia Ferreira dijo...

El homenage fue muy bonito.Angel lo merecia.Sus poemas son muy bonitos y este poema también.Todos lo echan de menos...

Anónimo dijo...

Es una pena... Era un gran hombre y una gran persona. El homenaje estuvo muy bien, y se lo merecía después de todo el trabajo que hizo y de los fantásticos poemas que escribió.

António Pedro Valério dijo...

El homenaje y el poema están muy bien...Como dice Daniel es muna pena que un hombre como estos haya fallecido.